LA DANA Y EL TERRITORIO

El debate se ha celebrado el 25 de noviembre para tratar este tema, de actualidad inmediata, del que hay que aprender para tratar de reducir las consecuencias de la mala ordenación territorial y el urbanismo irresponsable, y mejorar las posibles medidas de prevención y alerta, desmontando las actitudes negacioncitas sobre el cambio climático y sobre el peligro, incluso en vidas humanas, del urbanismo especulativo en zonas inundables.

  • Moderaron: Joaquín Aramburu y Paloma Ramos, miembros del CDU.
  • Participaron:
    -Álvaro Ardura (Arquitecto, ETSAM)
    -Rafael Mata (Geógrafo, UAM)
    -Gonzalo Madrazo (Geógrafo, UCM)
    -Gregorio Oviedo (Ingeniero de caminos)

La llegada de una DANA (Depresión Aislada en niveles altos, antes gota fría), especialmente violenta, a las costas del Mediterráneo, afectó entre el 28 de octubre y el 4 de noviembre de 2024, a un amplio territorio, especialmente, en las Comunidades Valenciana y de Castilla-La Mancha.

La intensidad de las lluvias y la entrada en funcionamiento de ramblas, barrancos y torrenteras, han causado mas de doscientos muertos, han destrozado infraestructuras básicas como carreteras, vias de tren, depuradoras y puentes, han anegado calles y han destruido viviendas, enseres, industrias, comercios y toda clase de equipamientos como residencias y centros de enseñanza. Las comunicaciones no podrán recuperarse en meses ni el abastecimiento de productos básicos o la atención sanitaria. La vida cotidiana tal y como se desarrollaba hasta ahora, no volverá a existir en mucho tiempo.

Muchas cuestione, de diferente tipo y entidad, se han puesto de manifiesto con este drama y el Club de Debates Urbanos quiere participar en aclarar un panorama excesivamente confuso por la magnitud de la tragedia a la que asistimos. Cinco asuntos afectan directamente al territorio y la ciudadanía y, por lo tanto, son objeto de una atención preferente.

En primer lugar, el cambio climático y sus efectos devastadores, con la presencia mas habitual de fenómenos extremos. Es urgente adoptar medidas de adaptación y mitigación en todos los ámbitos posibles, incluidos la ordenación del territorio, el planeamiento urbanos y la edificación, así como disposiciones referidas al trazado y disposición de las infraestructuras.

En segundo lugar, para la prevención, también habrá que realizar un esfuerzo por conocer la historia del territorio, como se ha llegado a esta artificialización excesiva, donde están las zonas de riesgo, de que tipo son y que dinámica tienen. También como se hacen las ciudades, que obstáculos al agua se han construido o pueden funcionar como tales, como el mobiliario urbano o los coches. Los planes sectoriales e integrales deberán tener presentes estos condicionantes.

En tercer lugar, hay que destacar que también fallaron los mecanismos de respuesta, al menos no funcionaron con la agilidad necesaria: hay serias dudas no solo por las carencias de los planes de actuación y sobre los organismos responsables sino también sobre los sistemas de alerta, la información a los ciudadanos y sobre el marco de competencias entre el Estado, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos, o la colaboración entre estas instancias.

En cuarto lugar, entre las respuestas , destaca la inmediata de la ciudadanía, cuyo valos ético y emotivo es indudable, aunque debe ser moderado en su eficacia tanto material como política.

Finalmente, en la recuperación de los lugares afectados, también se podrían plantear temas muy importantes relacionados con la oportunidad de alternativas más conscientes frente a la presión de la urgencia de la reconstrucción.

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